Buenos Aires.- El reguetonero puertorriqueño Vico C desplegó todo su arte popular en dos noches en las que se congregaron, según los cálculos más optimistas, unas 500 mil personas, aunque otros datos señalaban que fueron unas 300 mil, el pasado fin de semana.
Más allá de los diferentes números, lo cierto es que jamás se vio tanto público en el centro de la gran metrópolis argentina, en donde se conjugó un acto de corte religioso con uno artístico.
Fue en el corazón de la ciudad, en el mítico Obelisco porteño instalado en la avenida 9 de Julio y la afamada calle Corrientes donde se realizó el festival del pastor evangelista Luis Palau, denominado “Sí a la vida”, a quien acompañaron Vico C y varios artistas locales.
Pero indudablemente que lo de Vico C fue apoteósico. Y esta no es una apreciación apresurada, porque al “Filósofo del Rap” nadie le regaló nada. Si bien el motivo coyuntural del mega espectáculo estuvo en el mensaje de Palau invocando a Cristo y a la Biblia, en todo momento el gentío reclamaba con un “Olé, olé, Vicooo, Vicooo…”, la presencia en el escenario del hoy más popular representante del hip hop, reguetón, o como quiera clasificarse a su música, en la Argentina.
No resultó sencillo para los organizadores del evento instalar una descomunal tarima, con fabulosos equipos de audio y montar una transmisión para la televisión con decenas de cámaras. Y fue ardua la tarea de la policía al cortar el tránsito de las principales calles de la ciudad en horas tempranas y controlar a cientos de miles de personas para el concierto.
Más allá de los diferentes números, lo cierto es que jamás se vio tanto público en el centro de la gran metrópolis argentina, en donde se conjugó un acto de corte religioso con uno artístico.
Fue en el corazón de la ciudad, en el mítico Obelisco porteño instalado en la avenida 9 de Julio y la afamada calle Corrientes donde se realizó el festival del pastor evangelista Luis Palau, denominado “Sí a la vida”, a quien acompañaron Vico C y varios artistas locales.
Pero indudablemente que lo de Vico C fue apoteósico. Y esta no es una apreciación apresurada, porque al “Filósofo del Rap” nadie le regaló nada. Si bien el motivo coyuntural del mega espectáculo estuvo en el mensaje de Palau invocando a Cristo y a la Biblia, en todo momento el gentío reclamaba con un “Olé, olé, Vicooo, Vicooo…”, la presencia en el escenario del hoy más popular representante del hip hop, reguetón, o como quiera clasificarse a su música, en la Argentina.
No resultó sencillo para los organizadores del evento instalar una descomunal tarima, con fabulosos equipos de audio y montar una transmisión para la televisión con decenas de cámaras. Y fue ardua la tarea de la policía al cortar el tránsito de las principales calles de la ciudad en horas tempranas y controlar a cientos de miles de personas para el concierto.
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